lunes, 4 de mayo de 2009

El «caso Marta» desvela riesgos para los menores en las redes sociales

Las redes sociales son poderosas herramientas de comunicación e interacción. Desde sus primeros balbuceos hace unos diez años, el número de asiduos se ha disparado y hoy es un fenómeno de masas: se calcula que hay cerca de 300 millones de usuarios en todo el mundo, el 60 por ciento de los internautas. Sólo Facebook, la más popular del ciberespacio, cuenta con 175 millones miembros. En España son ocho millones. Y, pese a la dificultad de las compañías para hacerlas más rentables económicamente, sigue creciendo el número de «adeptos».
Tras lo sucedido en Sevilla con el asesinato de Marta del Castillo, quien al parecer discutió con su presunto asesino porque le pidió que quitara de internet unas fotos de cuando salían juntos, ABC abre el debate sobre el alcance de las redes sociales sobre los menores.
Quien se registra en una red social se crea un espacio personal en internet en el que publica o sube información sobre uno mismo: la edad, las aficiones, fotos, vídeos... Y sólo el dueño del perfil decide quién puede acceder a esos datos. Puede mostrarlos en privado invitando sólo a amigos o hacerlos públicos, es decir, dejarlos a la vista de cualquier internauta. Una opción que dan estos portales es que el perfil puede ser buscado por cualquier integrante de la red, aunque luego no se puede acceder a la información incluida en él.
En España, siete de cada diez usuarios tienen menos de 35 años. Sepa que los menores de 14 años necesitan el consentimiento de sus padres o tutores para poder pertenecer a una red social. Porque estos sitios son estupendos canales para relacionarse, pero su uso no está exento de riesgos, sobre todo para los menores. Más cuando los padres no se enteran de lo que hacen sus hijos frente al ordenador (o el móvil).
Las amenazas para los menores en las redes sociales vienen en su mayoría por publicar demasiada información personal y gráfica, ya sea por ellos mismos o por otros. Ponen en riesgo su privacidad y su intimidad y la de otros usuarios. Por eso, los expertos recomiendan registrarse con un apodo («nicks» en el lenguaje de internet) y poner datos falsos para evitar problemas. Según denuncia la Asociación de Internautas (AI), muchas redes sociales venden los datos de los usuarios, así que también es aconsejable darse de alta con una dirección de correo electrónico con la que no nos importe recibir avalanchas de correo basura o «spam», un recurso muy utilizado por los ciberdelincuentes.
En España, siete de cada diez usuarios tienen menos de 35 años. Sepa que los menores de 14 años necesitan el consentimiento de sus padres o tutores para poder pertenecer a una red social. Porque estos sitios son estupendos canales para relacionarse, pero su uso no está exento de riesgos, sobre todo para los menores.
En el caso de la publicación de fotografías de terceros sin el consentimiento del que sale en la imagen, sepa que a cualquiera que le pase esto puede reclamar, primero a la Agencia de Protección de Datos y luego en la comisaría poniendo una denuncia. Incluso si en esa misma foto sale también el que la ha publicado, el usuario tiene derecho a que sea retirada del portal. Incluso, también, si la relación ha terminado, que es el caso de la asesinada Marta del Castillo con su presunto asesino, Miguel.
La privacidad total, una utopía
«No existe la verdadera privacidad en las redes, aunque crea que las fotos sólo las verán sus amigos, eso jamás es así. En el mejor de los casos se las está cediendo a una empresa privada que puede hacer con ellas lo que quiera. Por ello, publique o suba a las redes sólo aquellas fotos de las que nunca se pueda arrepentir y de las que no le importaría que terceras personas puedan hacer uso comercial o no de ellas», recomienda Mar Monsoriu, autora del «Manual de las Redes Sociales en Internet . Aprende a usar Tuenti, Facebook, Fotolog, Myspace, etc, ¡Mejor que tus hijos!».
Un informe reciente de la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) reveló que casi la mitad de los usuarios de redes sociales tienen configurado su perfil como público. De ahí la necesidad -advirtió este organismo- de que los portales cambien el sistema para que, por defecto al registrarse, el perfil quede con la máxima privacidad posible y no al revés como sucede ahora en la mayoría de las redes.
Otro problema al que se enfrentan los usuarios de la redes sociales es la posibilidad de contactar con usuarios malintencionados. Para evitar incidentes entre usuarios, algunas redes sociales tienen un botón de denuncia. Si alguien es molestado, pincha sobre ese icono y el portal comprueba si es conflictivo y lo elimina. Si la conducta es delictiva, debe comunicarse a la Policía.
Un informe reciente de la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) reveló que casi la mitad de los usuarios de redes sociales tienen configurado su perfil como público.
Estando claro que los portales pueden mejorar (están en ello, y antes de mayo cada uno debe presentar las medidas a la Comisión Europea), los padres no pueden quedarse parados ante esta nueva forma de relacionarse de los hijos. «Los progenitores no saben las consecuencias de utilizar estas redes. Están absolutamente «off line»», señala Víctor Domingo, presidente de la AI. «El comportamiento de los hijos no tiene que ver con la formación académica ni tecnológica de los padres. Está mucho más relacionado con el nivel de preocupación y dedicación de los padres respecto al uso que hacen los menores de internet», sostiene Mar Monsoriu.
Pero la realidad es que ni los adultos ni los niños conocen los ciberpeligros, de ahí que sea tan importante la concienciación. Arturo Canalda, el defensor del menor de la Comunidad de Madrid, mostró su preocupación hace unos días por el uso de las nuevas tecnologías entre los jóvenes. Según Canalda, como no se puede prohibir el uso de estas redes, es necesario conocer esos riesgos y educarles para que no caigan en ellos.
Precavidos como en la vida real
Además de no desvelar demasiados datos personales, los menores nunca deben suministrar esa información a desconocidos; tampoco desvelar las contraseñas o el nombre de usuario entre los amigos; leer las condiciones de uso; ante alguna duda sobre una situación, preguntar a los mayores y denunciarlo a la red social. Las precauciones en internet son similares a las de la vida real ¿o es que abriría la puerta de casa a un desconocido?

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